Los novios se colocaron de cara a sus invitados,lo que hizo aun más emotiva la ceremonia de su boda. Un gran sí quiero junto a los testigos en el altar, un gran beso, lagrimas, muchas emociones y un pasillo espectacular que hicieron sus invitados para felicitarles por su boda.
Después de la ceremonia, aprovechamos una casa de campo para realizar su sesión, llovía muchísimo pero ni tan siquiera la lluvia, podía borrar esa alegría de sus rostros.
Llegamos al Castell de Sant Gregori al atardecer, donde los novios disfrutaron de un coctel excepcional con sus invitados, la decoración era impresionante, todo era espectacular, después del coctel se sentaron a cenar con sus invitados, lo pasaron en grande, vivieron momentos muy emocionantes durante la cena. Ya después dieron paso a la fiesta, donde hubo muchísima diversión, risas y bailes hasta altas horas de la madrugada.
Este verano, tuve la suerte de fotografiar El Castell de Sant Gregori en Girona la boda de Cristina y Ramón. Si hay algo que siempre recuerdo cada vez que pienso en la boda es como llovió en algunos momentos del día.
El día, fue testigo de miradas, abrazos y muchísimas emociones.
Antes de la ceremonia, tuve el placer de compartir con los novios uno de los momentos más especiales, prepararse para su gran día en un hotel muy exclusivo, muy cerca de la parroquia en la que se dieron su "SÍ QUIERO" para siempre. Cristina llevaba un vestido precioso y Ramón un traje azul muy elegante. Estaban emocionados, nerviosos y con esas cosquillas revoloteando por todas partes. Sus miradas eran pura ilusión, su gran día estaba a punto de comenzar.
El enlace se celebró en una iglesia espectacular, todo decorado de forma natural para que los invitados se sintieran como en casa.